El cielo está en la tierra
y el infierno también
ambos llenos de promesas
de maldad y de bien.
Es un mundo lleno de pobreza,
es el poder político mal usado,
es distribuir mal la riqueza,
son los genocidios del pasado.
Son los genocidios del presente,
son los políticos enquistados,
son los miles de delincuentes,
son los secuestros y asesinatos.
El infierno está en la tierra
es muerte y destrucción
es la eterna y fratricida guerra
entre los hombres de una nación.
Porque hay países
pero una sola nación
la nación que nos dice:
“todos somos hijos de Dios”.
Y los hijos de Dios
no deben estar en guerra,
ni en muerte ni en destrucción
ni soñando con quimeras.
La quimera es ese mundo perfecto
que de la nada no va a aparecer,
la cuestión es hacer lo correcto
y ese mundo perfecto se hará ver.
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